Pat Metheny: “Soy director de una banda de un solo integrante”

El legendario guitarrista Pat Metheny vuelve a Buenos Aires, esta vez completamente solo, para presentar dos de sus últimos trabajos: Dream Box (2023) y MoonDial (2024). En ambos discos explora su música con un instrumento muy especial, la guitarra barítono construida por su luthier de cabecera, Linda Manzer, que le abrió “un universo completamente nuevo”.

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Metheny se presentará el jueves 11 y viernes 12 a las 20.30 en el Teatro Gran Rex. “Me interesa llegar a Buenos Aires con algo diferente. Tengo un ida y vuelta muy fuerte con esta ciudad”, asegura el guitarrista en charla con Junín Al Minuto.

Desde su primer show en el Estadio Obras en 1985 con First Circle, que incluía a Pedro Aznar, hasta sus conciertos en octubre de 2022 en el mismo Gran Rex, la relación de Metheny con Argentina se ha mantenido cercana y afectuosa. “Amo Argentina y me siento muy afortunado de tener esta conexión con ustedes. Presentarme solo es algo diferente y muy especial en este momento de mi vida musical. Tocar solo es muy desafiante y gratificante”, afirma.

Antes de llegar a Buenos Aires, Metheny ya recorrió Asia, Oceanía y Europa con su proyecto solista, y en América ya pasó por Porto Alegre, San Pablo, Santiago de Chile y Montevideo. Luego seguirá por Lima, Bogotá, Guadalajara y Ciudad de México, finalizando en Nueva York en octubre. “Llevamos cerca de 200 conciertos y ha sido un período de enorme crecimiento. Al principio no sabía cómo reaccionaría el público, pero el resultado superó mis expectativas”, dice el guitarrista de 71 años.

El director de su propia banda

“Gran parte de mi carrera ha sido dirigir bandas que interpretaban mi música”, comenta Metheny. “Siempre busqué músicos sensibles para plasmar lo que imaginaba. Esta gira es similar, solo que ahora soy el director y único integrante de mi banda. Disfruto mucho tocar solo, por la conexión directa con el público y la música. Me siento diferente y afirmado en este formato; la experiencia está siendo más enriquecedora de lo que esperaba”.

Sus tres discos solistas –One Quiet Night (2003), Dream Box y MoonDial– muestran sus exploraciones con la guitarra barítono de cuerdas de nylon. Metheny explica que su música parte de melodías claras y elegantes, pero el sonido y el recorrido se ven transformados por la naturaleza del instrumento, que permite texturas y matices nuevos. “Con la guitarra barítono encontré melodías que permitieran al instrumento brillar en todo su esplendor, como siempre intenté con las bandas que formé”, detalla.

Recuerdos de infancia y descubrimiento del instrumento

Metheny recuerda que fue un recuerdo de adolescencia lo que le permitió explorar el instrumento: un chico callejero en Missouri le mostró cómo afinar las cuerdas centrales una octava más alta para lograr más sonoridad. “Eso abrió un mundo completamente nuevo. Pude lograr voces y sonidos diferentes a los de una guitarra afinada convencional”, explica.

La guitarra barítono con esta afinación se transforma casi en tres instrumentos en uno: las cuerdas superiores suenan como viola, las centrales como violín y las inferiores como violonchelo, cada par cumpliendo funciones distintas. Metheny compara la organización de las cuerdas con la orquestación de un cuarteto de cuerdas, donde cada textura y matiz se mueve con libertad.

Cuerdas de nylon y repertorio

El músico eligió cuerdas de nylon para un sonido más acústico y clásico, tardando años en encontrar las adecuadas para su guitarra barítono. Esto le permitió consolidar un estilo propio y elegir melodías originales y arreglos de estándares que complementan el instrumento, como La Crosse, We Can’t See It, But It’s There y Falcon Love de MoonDial, o piezas de Chick Corea, Lennon & McCartney y Leonard Bernstein.

Metheny explica que para él componer y reinterpretar melodías ajenas es parte de lo mismo: “Toco la música que me atrae, mía o de otros, para encontrar el sonido y la esencia que definen mi estilo. Hoy la gente reconoce mi sonido sin importar el contexto”.

Más allá de los géneros

“Para mí, la música no tiene fronteras ni géneros. Valoro la visión y pasión por el sonido y la improvisación de los músicos que admiro”, asegura. Hijo y nieto de trompetistas, comenzó con instrumentos de viento, lo que le dio control del aire y fraseo, habilidades que luego trasladó a la guitarra. “Soy músico de manera amplia; las palabras y categorías no me interesan tanto como el espíritu de la música”.

Encuentros memorables

A lo largo de medio siglo de carrera, Metheny destaca tres relaciones clave: su amistad con Jaco Pastorius, la colaboración con David Bowie en la banda sonora de El halcón y el muñeco de nieve (1985) y su encuentro con Ornette Coleman en Song X (1985). “He tenido la suerte de estar cerca de músicos extraordinarios. Jaco fue un gran amigo y compañero creativo; Bowie, brillante; y Ornette, un artista único y un alma maravillosa”, concluye.

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