Durante los gobiernos de Mauricio Macri y Javier Milei, Luis Caputo acumuló un endeudamiento por 137.000 millones de dólares. Un ejercicio de imaginación plantea si, aun trabajando durante toda la era cristiana, Jesucristo habría podido afrontar ese monto.
¿Jesucristo habría podido pagar la deuda tomada por Caputo?
La presión del Fondo Monetario Internacional para modificar el esquema de bandas cambiarias terminó imponiéndose sobre la postura del presidente Javier Milei y del ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo. En ese marco, el Gobierno enfrenta un escenario complejo, con exigencias de acumulación de reservas y vencimientos de deuda por más de 4.300 millones de dólares en el corto plazo.
Ante ese panorama, el ministro volvió a recurrir a una estrategia que ha marcado su gestión como funcionario público: el endeudamiento externo. Luego de varios años sin acudir al mercado internacional de deuda en moneda extranjera, el Gobierno lanzó el Bonar 2029 por un monto de 1.000 millones de dólares.
La falta de recursos para afrontar los compromisos próximos y la necesidad de cumplir con las exigencias del Fondo refuerzan un patrón reiterado en la carrera de Caputo, caracterizada por la toma sistemática de deuda como principal herramienta de gestión económica. Esta conducta no comenzó en la actual administración, sino que ya se había manifestado durante el gobierno de Mauricio Macri.
El ministro suele justificar la búsqueda de nuevos créditos apelando a la denominada “herencia recibida”, aun cuando una parte sustancial de la deuda fue contraída bajo su propia gestión. Entre los últimos años del macrismo y el período actual, Caputo acumuló un endeudamiento total de 137.000 millones de dólares: 60.000 millones durante la gestión de Macri y 77.800 millones en el gobierno de Milei.
Algunas de sus decisiones generaron fuerte repercusión internacional. Entre ellas, la emisión en 2017 de un bono a 100 años por 2.750 millones de dólares, con una tasa de interés del 7,9 por ciento. Esa operación fue destacada por el Financial Times, que realizó una encuesta entre sus lectores sobre las decisiones económicas más llamativas del mundo. La deuda argentina a 100 años encabezó el ranking con el 70 por ciento de los votos.
Para dimensionar la magnitud del endeudamiento, se propone un ejercicio comparativo inspirado en la serie alemana El dinero de otros, que relata uno de los mayores fraudes financieros de Europa. En ese contexto, un investigador señala que ni siquiera Jesucristo habría podido devolver el dinero sustraído en ese escándalo.
Trasladada esa reflexión a la Argentina, la comparación busca ilustrar el volumen de la deuda acumulada. Suponiendo que Jesucristo hubiera trabajado como carpintero en el país, percibiendo un salario promedio de 700 mil pesos mensuales, habría ahorrado 8,4 millones de pesos por año. Convertido a dólares, ese ingreso anual representaría unos 5.733 dólares.
A lo largo de los 2.025 años de la era cristiana, el total acumulado alcanzaría poco más de 11,6 millones de dólares. Esa suma cubriría apenas el 8,47 por ciento de la deuda tomada por Caputo en apenas cuatro años de gestión.
El planteo, lejos de abordar cuestiones religiosas, busca dimensionar de manera gráfica el peso del endeudamiento y advertir sobre las consecuencias de una política económica basada casi exclusivamente en la toma de deuda externa.



















