La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ajustó su previsión de crecimiento del PBI argentino para 2025 al 4,3%, por debajo del 5% anterior, aunque todavía superior a los datos registrados por el Indec hasta agosto.
La CEPAL reduce la proyección de crecimiento para Argentina al 4,3% en 2025
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) redujo su proyección de crecimiento para la economía argentina en 2025. Según su último informe, el país pasará del 5% estimado anteriormente al 4,3%, lo que representa una moderación en las expectativas, aunque mantiene una perspectiva de recuperación tras la profunda caída de 2024. Con esta revisión, Argentina deja de estar entre los tres primeros países de mayor crecimiento en la región y se ubica en el cuarto lugar, detrás de Guyana (12,1%), Venezuela (6%) y Paraguay (4,5%).
El organismo dependiente de la ONU explicó que el repunte previsto responde en gran medida a un rebote técnico, tras un año de fuerte contracción, y advirtió que las políticas de ajuste fiscal impulsadas por el Gobierno podrían frenar la expansión en los próximos meses. Si bien el contexto internacional muestra cierta mejora respecto a principios de año, la CEPAL remarcó que la región sigue enfrentando condiciones estructurales complejas y un impulso externo limitado.
En el ámbito regional, el informe prevé que América del Sur crezca un 2,9% en 2025, levemente por encima del 2,7% proyectado en agosto. El aumento se atribuye a la recuperación del comercio con China y a la mejora en los precios de los metales y productos del sector extractivo, con especial impacto en países como Chile y Perú.
En tanto, América Central mantendría un crecimiento de 2,6%, mientras que México subiría levemente a 0,6%, beneficiado por el dinamismo del comercio internacional y la buena performance de la economía estadounidense. En conjunto, la CEPAL señaló que la región muestra una recuperación moderada, aún afectada por la política monetaria restrictiva y las tensiones geopolíticas que limitan el flujo de inversiones y el comercio global.
En el caso argentino, el informe advierte sobre los límites de una recuperación sin impulso productivo, sostenida solo en la estabilización macroeconómica. La continuidad del ajuste fiscal, la reducción del gasto público y la caída del consumo interno podrían frenar la expansión prevista. “El rebote técnico será positivo, pero insuficiente para compensar la pérdida de actividad del año anterior”, puntualizó el documento.
Esta revisión se suma a las actualizaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial, que también ajustaron a la baja sus previsiones. El FMI redujo su estimación de crecimiento para 2025 al 4,5% y al 4,0% para 2026, mientras elevó su proyección de inflación al 41,3% interanual, según su informe de octubre.
Por su parte, el Banco Mundial recortó su pronóstico para Argentina al 4,6%, desde el 5,5% anterior, advirtiendo sobre el estancamiento de la actividad y los riesgos derivados de un escenario financiero internacional más restrictivo y de la incertidumbre política interna.
En conclusión, los tres organismos multilaterales coinciden en que la economía argentina mostrará una recuperación parcial en 2025, aunque condicionada por el ajuste y por factores estructurales persistentes. El rebote estará más vinculado a la comparación estadística con 2024 que a una mejora real en los fundamentos productivos, lo que deja como desafío sostener el crecimiento sin apoyo del consumo ni del crédito al sector privado.
































