De Salud y otras hierbas…

Opinión

¿Son las y los instrumentadores quirúrgicos solo “pasa – pinzas”?.

Detrás de las puertas del quirófano existe un trabajo silencioso y altamente especializado. Una mirada desde adentro para derribar un mito y visibilizar el rol clave de l@s instrumentadores quirúrgic@s en cada cirugía.

En ese mundo donde la luz es blanca, el tiempo se acorta y cada movimiento exige precisión, para muchos, el protagonista principal es el cirujano y realmente es así. Sin embargo, quienes conocen el quirófano desde adentro saben que hay una figura silenciosa tan importante como el cirujano, que sostiene el ritmo, ordena el caos y anticipa lo que todavía no pasó: las instrumentadoras e instrumentadores quirúrgicos.

Por muchos años e inclusive en la actualidad se cree que un instrumentador es sólo un “pasa – pinzas”. Ese término minimiza y desvaloriza descalificando y hasta cosificando una labor tan importante y profesional. Resulta tan inexacto como llamar “repartidor de pelotas” al director técnico de un equipo.

Los quirófanos —sí, todos— están manejados por instrumentadores. Desde la organización general hasta el más mínimo detalle del material que se va a usar, todo pasa por sus manos. La jefatura del servicio, las decisiones de compras, agendas, pedidos de farmacia, preparación de cada sala, y el abastecimiento de medicación para anestesia y para cada especialidad… lo ejecutan instrumentadores. Eso ¿no lo sabías no?.
Son ell@s l@s que aseguran que cada quirófano esté armado al milímetro, que cada set esté completo, que la medicación esté disponible, que las agendas funcionen sin desastre y que los equipos quirúrgicos trabajen sin fricción.
Dicho de otro modo: si el quirófano fuera un organismo vivo, los instrumentadores serían su sistema nervioso central. Nada se mueve sin que ell@s lo sepan. Nada funciona sin que ellos lo hayan preparado. Ninguna cirugía comienza si ese trabajo previo no está correctamente realizado.

La formación de un/a instrumentador/a quirúrgic@ va mucho más allá de conocer cada instrumental específico para los diferentes tipos de cirugía.
También deben dominar:

  • Los medicamentos que usan anestesiólogos y cirujanos.
  • Las suturas, que son tantas y tan variadas como los tejidos del cuerpo.
  • La anatomía, para saber qué pinza toca cada plano donde van a trabajar los cirujanos y anticiparse a cada movimiento que ellos hagan, sería una locura que estén pidiendo todo el tiempo pinza por pinza. Imagínate que, en una cirugía de urgencia, se nos moriría el paciente.
  • Los protocolos de emergencia, porque una cirugía puede transformarse en segundos.
  • La fisiología del paciente y sus riesgos: si puede necesitar sangre, si requerirá otro abordaje, si hay que preparar material extra antes de que alguien lo pida.

En el quirófano no hay lugar para la improvisación. Todo se planifica, se prevé y se anticipa. Por eso, l@s instrumentadores quirúrgic@s cumplen un rol central como sostén técnico y humano del equipo de salud. Y sobre todo la contención emocional del paciente, deben ser empáticos, dar aliento, confianza y seguridad de que todo va a salir bien.

Cuando un paciente ingresa y las puertas se cierran, comienza una coreografía invisible. Una tarea silenciosa que rara vez aparece en los créditos, pero sin la cuál ninguna cirugía sería posible. Ellos no son los pasa pinzas, ellos pasan seguridad, conocimiento, pasan vida.

Ahora conocés un poco más de ell@s: héroes sin capa, pero con ambo.

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Autoría: Beula, Fanny Hefzi Pereyra y Alejandra Carolina Loguzzo.

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