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El FMI aumenta la presión sobre Caputo.

El Gobierno rechaza la medida al FMI que exige una mayor acumulación de reservas, argumentando que podría agravar la inflación.

Al exigir una mayor acumulación de reservas. Su vocera, Julie Kozack, sostuvo que la política monetaria y cambiaria debe volverse más agresiva para fortalecer el colchón externo frente a futuros shocks. El planteo, replicado por JP Morgan, revela que los organismos y bancos internacionales desconfían del ritmo actual del programa económico y buscan garantías adicionales ante un esquema que consideran frágil.

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Los bancos de inversión ya venían marcando el rumbo y ahora el FMI formaliza la presión sobre Luis Caputo para que retome la compra de reservas, aun a riesgo de reactivar tensiones cambiarias. El Gobierno de Milei rechaza esa estrategia porque teme que una suba del dólar dispare la inflación, un frente que todavía no logró estabilizar.
La inquietud del Fondo —compartida por grandes bancos internacionales— responde a que la falta de acumulación de reservas obligó al Ejecutivo a recurrir a dos rescates externos, uno del propio FMI y otro del Tesoro estadounidense. El mensaje llega, además, justo después de que Caputo admitiera ante empresarios que no ve viable una rápida reconstrucción de reservas, lo que refuerza la percepción de debilidad en la política macroeconómica del oficialismo.

Desde Washington, la vocera del FMI, Julie Kozack, volvió a exigir que Argentina adopte una política monetaria y cambiaria más firme para acelerar la acumulación de reservas, condición que —según el organismo— permitiría enfrentar futuros shocks y recuperar el acceso al financiamiento internacional. El Fondo insiste en que el esquema actual carece de coherencia y advierte que la meta de reservas prevista para el año es “desafiante”, lo que revela su desconfianza respecto del rumbo económico del Gobierno.
Además, anunció el inminente arribo de una misión técnica para iniciar la evaluación previa a la auditoría de enero, una señal de mayor supervisión. Kozack también anticipó que el informe próximo detallará cómo se evaluará el swap con China dentro del marco normativo del FMI, dejando entrever que el organismo monitorea de cerca cada fuente de financiamiento del país.

JP Morgan se suma a la presión internacional sobre Caputo, advirtiendo que Argentina apenas lograría acumular reservas por debajo del 1% del PBI en 2026. El banco plantea que, pese a un escenario político más favorable y al respaldo financiero de EE.UU., la reconstrucción del stock de divisas sigue rezagada y debería convertirse en una prioridad estratégica del Gobierno.
Si bien estima que las reservas podrían aumentar unos US$5.000 millones este año, señala que la mejora depende de un tipo de cambio real competitivo y de nuevos flujos financieros, condiciones todavía inciertas. El informe enfatiza que, de cara a 2027, el país necesita fortalecer su “defensa externa” y utilizar el apoyo estadounidense con rapidez para evitar otro episodio de fuga hacia el dólar. El diagnóstico del Morgan, en línea con el FMI, expone la fragilidad del actual esquema cambiario y el riesgo de seguir postergando la acumulación de reservas.

Barclays encendió una señal aún más dura: según su informe, el Banco Central operaría con reservas netas negativas, que habrían pasado de –US$11.000 millones al inicio del gobierno de Milei a –US$16.000 millones. La brecha respecto de la meta acordada con el FMI ronda los US$13.000 millones, lo que evidencia un incumplimiento significativo.
El banco también remarca que este deterioro no proviene de una mejora en el perfil de deuda: aunque los bonos en manos del sector privado se redujeron, ese alivio quedó neutralizado por el crecimiento de instrumentos como los Bopreales y los repos con bancos internacionales, que sumaron otros US$12.000 millones en obligaciones.
El diagnóstico de Barclays, lejos de una lectura complaciente, subraya que el esquema actual no solo carece de reservas, sino que además depende de un endeudamiento creciente y de calidad cada vez más frágil, lo que profundiza la vulnerabilidad financiera del país.

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