El Concejo Deliberante se dispone a aprobar la licencia del Intendente, un trámite que, más allá de su formalidad institucional, expone la reconfiguración de poder y las tensiones políticas que atraviesan la gestión local.
El Concejo Deliberante se dispone a aprobar la licencia del Intendente.
El intendente Pablo Petrecca solicitó formalmente una licencia a partir del 10 de diciembre, fecha en la que asumirá como senador provincial por la Cuarta Sección. El pedido, ingresado la semana pasada, será tratado y aprobado mañana por el Concejo Deliberante, en un trámite que funciona más como formalidad política que como instancia de debate real.
Durante su licencia, Petrecca será reemplazado por Juan Fiorini, actual presidente del Concejo y figura clave del oficialismo, quien encabezó la lista ganadora de 2023. Su asunción lo coloca en el centro de la escena local y consolida la continuidad interna del espacio político que gobierna la ciudad.
La nota presentada por Petrecca aclara que no se trata de una renuncia, sino de una licencia motivada por su nuevo cargo legislativo. La decisión, no obstante, reavivó cuestionamientos dentro de la oposición. El concejal José Luis Bruzzone denunció una maniobra planificada para no completar el mandato y recuperar una banca previamente dejada por Fiorini, calificando la secuencia como legal pero “ilegítima”.
Desde una mirada más moderada, el radical Juan Pablo Itoiz consideró que las decisiones son personales pero remarcó que, en su visión, el Intendente debería haber renunciado al cargo y no tomar una licencia, señalando así una tensión ética más que jurídica.
En conjunto, el recambio exhibe una estrategia oficialista orientada a retener poder en ambos niveles —municipal y provincial— mientras reabre el debate sobre la responsabilidad de los funcionarios electos y los límites entre legalidad y legitimidad política.















