Producción, consumo y recaudación impositiva mostraron retrocesos tanto mensuales como interanuales. Crecen los cierres de empresas y la pérdida de empleo, mientras no aparecen señales de reactivación.
La actividad económica cerró el año con todos los indicadores en baja
La economía continúa sin evidenciar signos de recuperación tras dos años de gestión del gobierno de Javier Milei. Los últimos datos disponibles muestran que los principales indicadores de actividad cerraron el año con caídas generalizadas, tanto en la comparación mensual como interanual, de acuerdo con un informe del Instituto Argentina Grande (IAG).
Los registros de producción, ventas y recaudación impositiva arrojaron resultados negativos en todos los casos y reflejan un escenario de fuerte debilitamiento del entramado productivo y del consumo interno, pese a los intentos oficiales por relativizar el impacto del ajuste económico.
Desde el Gobierno, el cierre de empresas y la pérdida de empleo formal son presentados como parte de un proceso de “depuración” del mercado, bajo el argumento de que solo sobrevivirán las compañías con precios más competitivos. Esta visión, sin embargo, es cuestionada por analistas que advierten sobre la desconexión entre ese enfoque teórico y la realidad cotidiana de empresarios y trabajadores, en un contexto de caída sostenida de la demanda.
En el plano del consumo, los datos relevados por la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (Acara) muestran una fuerte contracción en los patentamientos. Las ventas de autos registraron una baja cercana al 33 por ciento respecto del mes anterior, mientras que las motos retrocedieron más del 26 por ciento. En términos interanuales, ambos rubros también exhibieron caídas, lo que confirma el freno en el consumo de bienes durables.
A su vez, las ventas minoristas medidas por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) profundizaron su deterioro. La serie desestacionalizada mostró una caída superior al 9 por ciento en la comparación mensual y más del 4 por ciento frente al mismo mes del año anterior, reforzando el diagnóstico de enfriamiento del mercado interno.
El panorama tampoco mejora en el sector productivo. La industria automotriz registró una caída cercana al 20 por ciento respecto del mes previo y de casi el 30 por ciento en la comparación interanual, según datos de la Asociación de Fabricantes de Automotores (Adefa). La construcción, medida a través de los despachos de cemento y la venta de insumos difundidos, volvió a retroceder tras algunos meses de leve recuperación, aunque la actividad sigue muy por debajo de los niveles de años anteriores.
Finalmente, la recaudación impositiva confirmó el freno de la actividad económica. El ingreso por IVA, considerado un termómetro del consumo interno, mostró descensos tanto mensuales como interanuales. En la misma línea, la recaudación total también presentó una baja significativa, lo que evidencia que la contracción económica impacta de manera directa en las cuentas públicas.
En conjunto, los datos reflejan un cierre de año marcado por el retroceso generalizado de la actividad, sin señales claras de un cambio de tendencia en el corto plazo.


















