Petraglia cuestionó el inminente interinato de Juan Fiorini durante la licencia de Pablo Petrecca y advirtió que, en los hechos, podría instalarse un “doble comando”. Según el concejal, si cada decisión debe consultarse con el intendente saliente, que asumirá como senador provincial, la autoridad formal de Fiorini quedaría condicionada y el poder real seguiría concentrado en Petrecca.
El edil opositor anticipó que ese esquema es probable y que terminaría restringiendo la toma de decisiones a un círculo mínimo, donde uno de sus integrantes ni siquiera estará en funciones municipales. Por eso pidió que Fiorini ejerza con autonomía plena: afirmó que su éxito beneficiaría a toda la ciudad, pero insistió en que debe asumir el rol de intendente sin tutelas, porque “un cargo no es algo que se abandona y se retoma según las circunstancias” y porque la institucionalidad exige claridad en el mando.
Para reforzar su planteo, citó a los recientes ganadores del Premio Nobel de Economía, quienes —recordó— destacan que los países más prósperos son aquellos con instituciones sólidas. En esa línea, sostuvo que situaciones como la que se aproxima no contribuyen a la estabilidad ni a la calidad institucional del municipio.
Spadano salió al cruce de las advertencias de Pablo Petraglia sobre un eventual “doble comando” entre Pablo Petrecca —futuro senador provincial— y el intendente interino Juan Fiorini. El concejal oficialista descartó de plano esa posibilidad y defendió la solidez del esquema de conducción.
Aseguró que Petrecca y Fiorini “están a la altura de las circunstancias”, que funcionan como un equipo y que cada uno “conoce el lugar que ocupa”. Según Spadano, el aporte de ambos en términos de experiencia y conocimiento del municipio no implica superposición de funciones, sino complementariedad. En su lectura, la transición no genera vacíos ni tensiones internas, y la línea de responsabilidades está plenamente definida.
En cuanto a su posible desembarco en el Ejecutivo, Spadano admitió que existen conversaciones, aunque prefirió mantener la cautela. Señaló que aún “no hay nada definido” y que cualquier decisión dependerá del nuevo organigrama municipal. Evitó anticipar su rol, pero afirmó que, sea cual sea el resultado, la prioridad será “lo mejor para Junín”, una respuesta que deja abierta la negociación política en el oficialismo mientras se redefine la estructura de gobierno.
Petraglia aportó un repaso histórico para contextualizar su preocupación por el futuro interinato. Recordó que varios presidentes del Concejo asumieron temporalmente la conducción municipal e incluso algunos luego fueron electos intendentes: Oscar Peretti —interino y luego elegido—, José Luis Mendizábal, Gustavo Ferrari, Oscar “Chucho” Suárez, Laura Esper y José Pelagagge, quienes ocuparon el Ejecutivo alrededor de un año. También mencionó a Benito de Miguel, Vicente Cichero, Vicente Gandini, Mayor López y Juan Vázquez Diez, todos presidentes del Concejo que terminaron accediendo a la intendencia.
En ese marco, enfatizó que “nunca en la historia hubo un interinato tan prolongado como el que viene”, buscando subrayar la excepcionalidad del caso Fiorini.
Petraglia además repasó los vaivenes institucionales de la Ley Orgánica Municipal: hasta 1926 los intendentes eran designados por el Concejo mediante voto indirecto; ese año se instauró la elección directa —siendo Solana el primer intendente electo por el radicalismo—; en los años 30 se volvió al sistema indirecto; y recién en los 40, con la reforma peronista, se reinstaló el voto popular directo que rige hasta la actualidad. Con este recorrido, el concejal buscó reforzar su argumento sobre la importancia de la estabilidad institucional y la claridad en la línea de mando.















